El templo de la croqueta en la capital hispalense
En la actualidad, Casa Ricardo es uno de los locales más carismáticos y conocidos de la capital de Andalucía, famoso en toda la comunidad y en parte del país por sus croquetas.
El local que alberga este bar tiene mucha historia en la ciudad andaluza de Sevilla. En un primer momento, entre 1898 y 1915, se llamó «Casa Antonio» y fue una abacería, las cuales eran establecimientos que vendían productos traídos de las colonias de América y Filipinas como café, azúcar o ron. Se llamaban establecimientos para ventas de «coloniales» por venir de las colonias y por venir del otro lado del mar, por eso luego se les conoció como «ultramarinos».

Desde 1915 a 1951 el local pasó a llamarse «La Covadonga», manteniéndose como una tienda de comestibles. Ya en 1951 el exfutbolista del Sevilla FC Ovidio Roig adquirió el local, al que cambió el nombre por el de «Casa Ovidio». Fue por esos años cuando el local comenzó a adquirir su relación con la tan popular Semana Santa sevillana. La proximidad del bar con la iglesia de San Lorenzo, y la circunstancia de que la Hermandad de la Soledad no tuviera Casa Hermandad, hizo de Casa Ovidio un punto de encuentro para cofrades.
En 1985 fue Ricardo Núñez Dorado quien se hizo cargo del local, cambiando su nombre a «Casa Ricardo» y dedicándolo íntegramente a vinos y bebidas, además de las clásicas tapas y cocina tradicional sevillana. En el año 2010 se hace cargo su hijo Ricardo Núñez Romero, manteniendo la esencia del local aunque dotándolo de aires más modernos, convirtiéndose en uno de los templos culinarios de la gastronomía sevillana.



Entrando en materia, sobre todo en lo que al paladar se refiere, tienen las que sin dudas son las mejores croquetas de la ciudad, siendo este su plato estrella. Unas croquetas bien fritas que por dentro están prácticamente liquidas, con una bechamel espectacular. También destaca el falmenquín y otras tapas como la mini hamburguesa, la berenjena a la miel o los guisos como la carrilera. Todo con precios muy asequibles. En cuanto al trato, lo primero que debes saber es que suele haber largas colas en hora punta, por lo que organizan la fila en el exterior del local y van dejando entrar cuando sale alguien. El local se compone de un salón y la parte de la entrada, con un amplia barra y unas tres o cuatro mesas bajas. Además hay una pequeña terraza frente a la entrada. El trato es completamente autóctono, con «sevillanía», como dicen en la ciudad. Se trata de una visita obligatoria si eres turista o una parada clásica para los comensales locales.